Anticonceptivos hormonales
Con este apelativo no sólo nos referimos a las archiconocidas píldoras anticonceptivas, sino también al parche hormonal, el anillo vaginal y el DIU (no de cobre) entre otros.
Como su nombre bien indica, habitualmente se encargan de liberar dos hormonas femeninas: estrógenos y progestágenos, que mediante mecanismos diversos inhiben la ovulación en la mujer, y generan las condiciones ideales para la no anidación del embrión.
No sólo impiden el embarazo no deseado
Muchos son los pacientes, y profesionales, que ignoran los beneficios no anticonceptivos de este tipo de anticonceptivo.
Y es que no sólo luchan contra el embarazo no deseado, si no que con ellos podemos lograr controlar otros síntomas en la mujer, entre los que cabe destacar:
Pero, ¿son realmente seguras?
Ahora llegamos a uno de los puntos más conflictivos para las pacientes, y donde las unidades de Planificación Familiar tienen su caballo de batalla. Muchos son los rumores y las “malas” experiencias que circulan por diferentes medios, desde foros on-line hasta vecinas y amigas varias.
Pero, vamos a desgranar lo que nos demuestra a día de hoy la evidencia científica, según propugna en sus protocolos la Sociedad Española de Contracepción, el Ministerio de Sanidad en su última actualización sobre el tema:
En este sentido, también sería conveniente desterrar ciertos mitos. Es necesario saber que los anticonceptivos hormonales no producen esterilidad tras su abandono, ni aumentan la tasa de embarazo múltiple, ni se ha demostrado que produzcan malformaciones si la mujer queda embarazada usándolos.
¿Qué anticonceptivo es mejor?
Para terminar, la gran pregunta, ¿cuál método es mejor? ¿Anillo, parche, preservativo, bloqueo tubárico…?
Si nos basamos sólo en la eficacia teórica del método, podríamos ordenarlos de mayor a menor poder contraceptivo, pero la adherencia al método y el modo de empleo juega un papel fundamental en este sentido. Por ejemplo, el preservativo es un método muy seguro a este respecto, pero en pocas ocasiones se usa se manera adecuada, por lo que otros métodos en teoría menos eficaces teóricamente podrían ser más seguros en su uso habitual.
De ahí la importancia de un buen consejo anticonceptivo por parte de las unidades de Planificación Familiar, ofreciendo a la mujer los métodos disponibles en función de ciertos criterios de elegibilidad (edad, tensión, peso, consumo de tabaco, antecedentes familiares y personales) y en función de las preferencias de la mujer. Y, por ende, teniendo en cuenta también los beneficios no anticonceptivos de los diferentes preparados.