Juntar economía con conocimiento es mezclar recursos con personas. No es una correspondencia abstracta, se trata de imaginar ideas para luego aplicarlas. Si la materia prima de la economía son las ideas que producen las personas hay que tener en cuenta que estas no se generan por razones genéticas sino porque hay un elemento determinante: la educación.
Esta va más allá de la adquisición de conocimientos. Cuando hablamos de educación nos referimos al desarrollo de un sistema educativo que potencie habilidades y las convierta en capacidades, a la vez que forme ciudadanos libres para pensar, intervenir y participar en la sociedad de distintas formas. Calidad, accesibilidad y equidad van unidas al concepto.
Si el conocimiento está en cada persona, la educación es un elemento fundamental de cohesión, fortalecimiento social y producción de personas con ideas. Este se convierte en un pilar fundamental de crecimiento económico y mejora del bienestar colectivo. Invertir en personas es invertir en la sociedad, es apostar por generar y promover nuevas ideas que puedan convertirse en eslabones de una cadena que impulse el desarrollo hacia modelos que propongan nuevas soluciones a problemas existentes.
¿Cómo hacemos funcionar la cadena del conocimiento?. Engrasándola con conexiones dinámicas entre los sectores productivos, las administraciones, los centros e investigación, etc.; producción, igualdad de oportunidades y optimización de recursos.
La economía del conocimiento toma como base la educación y las capacidades. Las personas deben estar en condiciones de adaptar sus habilidades en la creación del conocimiento de la mejor manera posible, con la intervención del aprendizaje y formación permanente.
La información y la comunicación deben estar preparadaspara gestionar las creaciones y difundirlas en tiempo real, pero además el sistema, la cadena de conocimiento, debe ser innovador, y adaptarse a las necesidades y demandas reales del momento. En el engranaje las administraciones públicas deben facilitar y proponer posibilidades y alternativas para gestionar la creación de conocimiento de la manera más eficiente, a través de regulación, financiación, gobernanza, etc.
Aunque parezca sencillo no lo es, porque el planteamiento inicial es como generamos modelos de crecimiento para construir el futuro. ¿Pero qué futuro queremos?. De aquí derivan dos modelos por los que debemos optar: ¿Reforzar el estado del bienestar o desmantelarlo? ¿ Potenciar y generar un sistema educativo que potencie habilidades y las convierta en capacidades o estrangularlo a base de eliminar posibilidades de desarrollo?...
Esta claro que la elección equivocada tiene consecuencias graves, genera múltiples problemas, y observamos que se multiplican en momentos como el que vivimos. Por tanto estamos ante cuestiones esenciales para no solo generar riqueza, sino posibilidades de desarrollo. Si el conocimiento es básico las personas son fundamentales. Optemos por la primera opción.
Platón decía que solo había un Dios y era el conocimiento.
