“El derecho a la vida es un derecho universal, es decir que le corresponde a todo ser humano. Es un derecho necesario para poder concretizar todos los demás derechos universales. Si no hay vida, no tiene sentido que existan los demás derechos fundamentales”.
Cientos de normas, legislaciones, estatutos, códigos, constituciones, preceptos, disposiciones, edictos, etc. anteponen el derecho a la vida a cualquier otro derecho del ser humano, pero por desgracia en demasiadas ocasiones este derecho es vulnerado y millones de seres humanos son privados de su bien más preciado. La humanidad, en este mundo globalizado, se ha acostumbrado a contemplar la muerte de seres humanos a manos de otros seres humanos como algo irremediable e incluso justificable.
Los códigos penales de todos los países del mundo castigan, unos con más severidad que otros, a quienes arrebatan la vida de otro ser humano e incluso en algunos pagando al asesino con la misma moneda, es decir haciéndole pagar con su propia vida (en lo que no estoy de acuerdo en absoluto).
España es uno de los países del mundo donde arrebatar la vida a un semejante puede salir más barato, nuestro Código Penal está lleno de lagunas y subterfugios que permite, que en muchas ocasiones, asesinos convictos y confesos cumplan condenas ridículas amparándose en normas, algunas importadas, que olvidan el daño producido y que acaban convirtiendo al asesino en víctima del sistema.
Siempre he creído que las penas por los delitos cometidos deben cumplir tres requisitos: ser PUNITIVAS – es decir castigar al delincuente según la gravedad del delito- EJEMPLARIZANTES – ser aviso a navegantes para que sepan a lo que se exponen si infringen la Ley- y REHABILITADORAS- conseguir la reinserción social del delincuente. Sin embargo, en muchas ocasiones, no es así como actúa la justicia en nuestro país y con frecuencia la pena no es proporcional al crimen cometido, no desanima al posible delincuente más bien al contrario y considera rehabilitado al que no se arrepiente de la culpa, no restituye a las victimas lo sustraído o las indemniza y en algunas ocasiones hasta se vanagloria de su “proeza delictiva”.
MATAR ES MUY BARATO en España, hemos conseguido, gracias a sesudos juristas y a magistrados “puros y castos”, que arrebatar una vida humana con premeditación, alevosía y con todos los demás agravantes que se nos ocurran este equiparado, en la duración real de la pena, al tiempo que pasará entre rejas cualquier “robagallinas” reincidente de tres al cuarto.
En el caso de los terroristas, lo que está ocurriendo en nuestro país es un auténtico escándalo y una afrenta a las víctimas. Nuestro código penal ha conseguido la cuadratura del círculo y tenemos el asesinato en rebajas, matando a 35 en lugar de a 1 sale mucho más barato, vamos a año y medio por muerto, una ganga. Y para conseguir la libertad no hay que arrepentirse, ni indemnizar a las víctimas, ni siquiera molestarse en pedir “la gracia” ¿para qué están si no los ínclitos y apolíneos magistrados?, ¡faltaría más!, ¡ah! se me olvidaba y con derecho a homenaje en su pueblo del “valiente gudari” asesino de hombres, mujeres y niños con tiro en la nuca, con bomba lapa o activada a control remoto.
Las últimas excarcelaciones de asesinos son un atentado a la dignidad humana, quien mata jamás podrá reponer la vida arrebatada y su castigo debe ser proporcional al daño ocasionado, no se trata de venganza sino de justicia. En España desgraciadamente MATAR SALE MUY BARATO y lo peor es que a muchos no les importa.