El Sr. Monago me parece que no ha leído a San Juan y tampoco, a pesar de lo dado que es a utilizar el refranero, se ha acordado de que hay refranes para casi todo y que casi todos son ciertos. Tampoco el Sr. Monago ha caído en la cuenta que en España la presunción de inocencia no existe, ni ha existido nunca y menos para un político, aquí antes de que te juzguen los jueces ya te ha juzgado el “pueblo soberano” y casi siempre para condenarte, la guillotina mediática funciona con la misma crueldad que lo hacía la otra en tiempos de Robespierre. Un político, por el sólo hecho de serlo, ya es reo de cualquier delito que le quieran adjudicar.
Por eso no acabo de entender muy bien por qué el Sr. Monago ha negado la mayor, ¿qué necesidad había de enredar una madeja tan fácil, en mi opinión, de desenredar? La normativa del Senado para los viajes de sus Señorias es la que es desde el año 1978 – la consideremos apropiada o no- y ningún partido político, que yo sepa, ha intentado modificarla en estos 36 años, ¿a qué viene entonces este follón?. ¿Tan difícil era decir que su pareja sentimental vivía en Tenerife y que iba a verla cuando quería o podía?, ¿es que acaso el resto de Senadores y Diputados no iban y van a ver a sus parejas con cargo al mismo presupuesto?
El Sr. Monago se ha equivocado, ha querido disfrazar de actividad política lo que no era, y aunque en alguna ocasión lo haya sido, suena más a pretexto que a fin, ya se sabe “aprovechando que el Pisuerga pasa….”
El Sr. Monago, muy mal asesorado, ha puesto el cuello en la guillotina mediática deambulando de plató en plató, y se lo están rebanando un día sí y otro también, su huida hacia adelante tiene poco recorrido. Quererse convertir, después de este “affaire”, en el paladín de la anticorrupción de este país es más un deseo de un ego contrariado que una posibilidad real, y querer morir matando una tremenda equivocación que sólo beneficiará a populistas y demagogos dispuestos a guillotinar todo vestigio de estado democrático y de derecho.
“Sic transit gloria” Sr. Monago.