19 noviembre 2024
La autoestima que sentimos a diario está directamente relacionada con la apariencia física y, por consiguiente, operaciones como la reconstrucción mamaria tienen mucho que decir en el marco de la salud mental. Enfermedades como el cáncer no solo afectan al apartado fisiológico, sino que la pérdida del pecho es una secuela que merma en gran medida la confianza de muchas mujeres. Una situación que, gracias a estas intervenciones, tiene una solución muy eficaz.
El cáncer de mama es, por desgracia, una enfermedad que afecta a 16.000 mujeres cada año. Una lucha que deja duras secuelas entre quienes las padecen, siendo la pérdida del pecho la más evidente de todas. Por suerte, la cirugía plástica ha evolucionado en gran medida y las intervenciones de reconstrucción mamaria son un recurso con resultados de primer nivel. Una operación destinada a revitalizar la autoestima de las pacientes que desean dejar tras de sí este momento tan delicado en lo físico y en lo emocional.
La evolución tanto de las técnicas como de los materiales médicos permiten que los cirujanos reconstruyan una mama prácticamente igual a la no extirpada, tanto en forma y textura como en el resto de las características. Hoy en día existen diferentes técnicas y, si bien es cierto que la reconstrucción con implantes es la que inicialmente gozaba de más popularidad, la reconstrucción con injertos ha ganado un especial interés por sus buenos resultados. Sea como sea, se trata de una operación muy gratificante que siempre hay que poner en manos de los mejores profesionales del sector.
Como bien hemos anticipado, la reconstrucción mamaria con colgajo es la más concurrida en la actualidad. Dentro de esta rama, encontramos otras dos técnicas: la reconstrucción de pecho con colgajo DIEP y la de colgajo TRAM. Debido a ello, el primer paso de los cirujanos es siempre el de brindar un diagnóstico personalizado a las pacientes en aras de proceder con la metodología adecuada.
En cuanto a la técnica de reconstrucción de pecho con colgajo DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator) emplea la piel y la grasa del abdomen sin afectar al músculo. El proceso se basa en cortar una sección de grasa, piel y vasos sanguíneos de esta zona para llevarla al pecho. Ahora bien, es una intervención notoriamente compleja y no todos los hospitales están preparados para ofrecer; por lo que acudir a cirujanos altamente especializados en la materia es imprescindible si se desea abogar por esta técnica.
En cuanto a la reconstrucción de pecho con colgajo TRAM, se emplea músculo de la parte inferior del abdomen, junto a la piel, grasa y vasos sanguíneos correspondientes para pasarlos a la zona mamaria. Los resultados son muy efectivos en términos de parecido del pecho reconstruido al no extirpado; sin embargo, se requiere un mayor tiempo de recuperación tras la operación.
Sea como sea, la técnica con colgajo goza de unos elevados estándares de estabilidad en el tiempo, ya que se trata de la propia piel de la paciente. La mama evolucionará al mismo ritmo en el que lo haga la mujer, quien habrá dejado atrás el cáncer en lo físico y en lo emocional.
Más allá de conocer las diferentes técnicas de reconstrucción mamaria, cabe dejar claro que se trata de una operación delicada en la que la autoestima de la paciente está sobre la mesa del quirófano. Por consiguiente, es muy habitual que existan ciertas dudas: contestamos a algunas de las más frecuentes.
La duración de la cirugía de reconstrucción de pecho con implantes suele ser de una hora, mientras que las realizadas con colgajo tienen un tiempo estimado de entre 6 y 8 horas. En cuanto a la recuperación, en el colgajo se requieren alrededor de 4 a 6 semanas para recuperar la vida normal y, en las operaciones con implantes, suele recuperarse a las 2 semanas. Los riesgos graves son muy bajos, prácticamente nulos cuando interviene un cirujano de alto nivel. Todo esto, sumado a los enormes beneficios emocionales de la operación, hacen de esta cirugía plástica un recurso de inconmensurable valor en la industria médica actual.
