06 agosto 2024
Todavía hay hosteleros clásicos que mantienen su filosofía clásica de tomar las comandas a mano. Sin embargo, esta práctica está cayendo cada vez más en el olvido por la aparición de los comanderos digitales.
Con estos dispositivos los camareros pueden registrar los pedidos de los clientes de manera cómoda y efectiva, reduciendo el error y las confusiones habituales que ocurren cuando se toman las comandas a mano. Además, esos pedidos se transmiten de manera automática a cocina o a barra.
Los comanderos digitales son muy populares en restaurantes y locales con terraza, pero se están volviendo muy habituales en establecimientos de comida rápida donde se forman grandes colas, ya que actúan como un punto de venta más y se pueden utilizar a modo de dispositivo de pago. En resumen, son una ayuda interesante para muchos locales de hostelería.
Un comandero digital no es más que un dispositivo electrónico con una apariencia similar a una tablet o un smartphone que hace las veces de las libretas o blocs de papel donde se registran las comandas.
Son aparatos inalámbricos equipados con una pantalla táctil que incluyen un software de punto de venta (TPV) diseñado para automatizar la gestión de pedidos. Con ellos, como ya hemos visto, también se pueden realizar pagos directamente sin pasar por caja.
El conjunto de funciones que incorporan los comanderos depende del tipo de software. Por tanto, el funcionamiento es muy sencillo, cada camarero lleva uno de estos dispositivos y registra en él lo que piden los clientes. Estas órdenes llegan de manera inmediata a cocina o la barra, evitando así errores de interpretación.
En su origen, los comanderos digitales tenían el aspecto de una PDA y resultaban sencillos de utilizar, con unas funciones muy bien descritas y sin posibilidad de errores graves por parte de los camareros. No obstante, con el tiempo han ido apareciendo novedades como la posibilidad de incluir el software directamente en smartphones y tabletas a través de una app de uso cómodo.
Las PDA tienen como ventaja que su uso es exclusivo para esta función, o para sumar el proceso de cobro del pedido. Sin embargo, son más voluminosas y resultan un poco más pesadas para que los camareros las lleven en el bolsillo o trabajen constantemente con ellas.
La función principal del comandero digital es registrar lo que pide cada cliente y hacerlo llegar a cocina o a barra de manera inmediata. Sin embargo, dependiendo del tipo de software instalado, sus cometidos pueden ir más allá.
Uno de los más útiles es que sirve como método de pago. Y a este hay que añadir otros que tienen que ver con la gestión y organización del local. Los software TPV asignan correctamente las mesas en las que va cada pedido, a los camareros y el reparto de sus espacios en la sala, se pueden eliminar o añadir platos o bebidas al pedido y hasta se señala en ellos el punto de cocción, el orden de salida de los platos y la presencia de alérgenos.
Una vez que hosteleros y camareros se habitúan a utilizar los comanderos digitales, ya parece que no hay vuelta atrás. Con ellos se gana tiempo en bares y restaurantes, pues no hay que llegar las comandas a la cocina ni pedir bebidas en la barra.
Este ahorro de tiempo es tal que incluso sin haberse cerrado la comanda, ya se está preparando en barra o cocina. Se ven beneficiados los clientes que ya están siendo atendidos y el resto de usuarios de la sala, pues van a recibir antes la atención del camarero.
Otro punto interesante es la mejora en la productividad asociada a menos errores humanos. Cuando se toman comandas de modo tradicional en ocasiones hay malentendidos por la mala legibilidad de los pedidos o confusiones en la anotación del número de mesa.
Un tercer aspecto interesante es la posibilidad de integrar el comandero con otros sistemas digitales. Y no hablamos solo de utilizar el dispositivo como método de pago o advertir de posibles cambios en la comanda, sino de vincular estas funciones con las reservas de mesa o con programas de fidelización para los clientes más frecuentes.
Como apunte final, la ventaja decisiva que tienen los comanderos digitales frente al sistema tradicional es la capacidad de rastrear los pedidos. Con estos programas se registra cada comanda que llega al local, luego queda anotado todo lo que ha pedido el cliente. Esto puede ser de gran utilidad en caso de errores de comunicación o si ocurre algún incidente derivado de intolerancias alimenticias.
En resumen, la digitalización de las comandas es un camino para el que ya no hay vuelta atrás y del que muchos locales de hostelería están sacando mucho partido. Es una muestra más de que la innovación tecnológica es positiva si se sabe implementar bien.
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