03 junio 2024
El papel de los árbitros en el fútbol ha evolucionado significativamente en los últimos años. Desde sus modestos orígenes a su exigente actualidad, la creciente profesionalización de la profesión ha cambiado también sus condiciones laborales. Algo muy necesario, ya que se hace en pos de garantizar la imparcialidad en las competiciones más importantes del deporte rey.
Esta progresión también está ligada a los salarios, descansos y exigencias a las que se enfrentan los árbitros en la actualidad. Aunque hace poco muchos se llevaron la cabeza al ver los 10.000 € que se pagan por arbitrar la final de la Champions, lo cierto es que esa cifra refleja no solo la responsabilidad del profesional en cuestión, sino también toda la trayectoria histórica que ha marcado a esta profesión.
Tal y como señalan desde Mundosilbato, uno de los principales proveedores de material para árbitros en España, “en los últimos años se aprecia un aumento de la demanda de este colectivo, con clientes de mayor volumen que son indicativos de una mayor inversión en la preparación y de disponer de más recursos por parte de las federaciones o colectivos arbitrales”. Pero la situación no siempre ha sido así. Sin ir más lejos, cuando empezó a jugarse, el fútbol no contaba con un reglamento claro más allá de usar los pies y marcar goles.
El papel del árbitro tardaría muchos años en asentarse, y aún más en profesionalizarse. De hecho, no fue hasta finales del siglo XX cuando tuvo lugar la verdadera profesionalización del arbitraje. A continuación, vamos a hacer un repaso rápido de su historia, desde los capitanes que decidían qué pasaba con las jugadas dudosas hasta la llegada del VAR:
Aunque a día de hoy no se entiende el fútbol sin su presencia, lo cierto es que este deporte no siempre contó con la presencia de árbitros. El arbitraje como tal no llegó hasta mediados del siglo XIX, con la fundación de la Football Association o FA en Inglaterra. En ese momento se establecieron las primeras reglas.
Antes, las decisiones se tomaban en base a percepciones personales. Pero, aun así, ni la llegada de este organismo cambió del todo las cosas. Las decisiones importantes seguían quedando en manos de árbitros no oficiales o incluso en los capitanes de los equipos que jugaban. No sería hasta finales del siglo XIX, más concretamente el año 1891, cuando John Meirs fue nombrado el primer árbitro profesional.
Tras ese primer arbitraje oficial, la maquinaria comenzó a moverse y el reglamento del fútbol empezó a evolucionar. Llegaron las tarjetas amarillas y rojas para distinguir los tipos de amonestaciones y castigos y, finalmente, en el año 1970 se dio un paso clave para este deporte: la fundación de la IFAB (International Football Association Board).
Este organismo se asentó como la principal entidad responsable de establecer las normas oficiales del fútbol, contribuir a su evolución y, por supuesto, controlar su aplicación en los partidos oficiales.
A partir de los años 90, el arbitraje ha evolucionado de forma descomunal. La profesionalización ha avanzado enormemente, incluyendo pruebas físicas para los árbitros, así como evaluaciones periódicas e incluso programas de formación para mejorar y actualizarse.
De hecho, en 2016 llegó una tecnología que cambiaría aún más el fútbol: el Video Assistant Referee o VAR, una solución que se emplea para salir de dudas en las jugadas más difíciles de aclarar. Aunque no se libra de las polémicas y debates.
La reciente noticia del salario de Slavo Vincic, árbitro que va a pitar la final de la Champions por 10.000 €, hizo a muchos llevarse una sorpresa y preguntarse. ¿Cuánto gana un árbitro realmente? La respuesta, ciertamente, es muy variable. De hecho, basta con ver que los cuartos y semifinal de la misma competición de fútbol se pagan a 7.500 € por partido.
Centrándonos en la Primera División de España, máxima categoría del fútbol en el país, los árbitros ganan 12.500 € fijos al mes, independientemente de los partidos que piten. A ese salario hay que añadir un pago de 4.200 € por partido que arbitren, lo cual da lugar a unas cifras bastante cuantiosas. No todos los árbitros de un encuentro ganan lo mismo. La gran diferencia está con los que se encuentran en la sala VAR, que cobran 2.100 € por partido aproximadamente.
La liga española es una de las competiciones europeas de fútbol que más paga a sus árbitros. Sin ir más lejos, en la Premier League los árbitros ganan 2.200 € por partido y una media de 8.500 € al mes. En la Serie A italiana, por otra parte, su salario puede llegar a los 6.600 euros al mes con un cobro de 3.400 € por partido y 1.500 € en caso de estar en la sala de VAR.
La labor del árbitro es fundamental para el fútbol y para cualquier deporte, aunque su profesionalización es algo que ha tardado más de un siglo en fraguarse. Y, aun así, todavía tiene mucho recorrido por delante.
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