04 septiembre 2023
Antes de empezar, ni siquiera, plantearse el hecho de construir una vivienda, ya sea particular o colectiva, así como un local, una nave industrial o cualquier otra instalación de servicio hay que conocer si la naturaleza del terreno lo permite. Desde luego, ese es el punto de partida de todo proyecto urbano, saber la permisividad, o no, de construir en cada zona.
Por regla general, los Ayuntamientos tienen el planeamiento urbano muy definido de todo el término municipal. Eso hace que se establezcan zonas de construcción de viviendas, de servicios públicos, de parques y jardines, así como industrial y comercial. La determinación de ese suelo, es esencial, porque un suelo destinado a vivienda no puede ser objeto de construcción de un centro comercial y así con la calificación de cada uno. En esto puede ayudar mucho un estudio de arquitectos en Málaga que conocen, o pueden acceder, a esos documentos y saber dónde se puede o dónde no construir.
Ese es el punto de partida. Ante ese hecho si alguien quiere construir en suelo no urbanizable o de carácter rústico tendrá que hacerlo a través de una fórmula o camino distinto, se trata de proyectos de actuación que han de estar debidamente justificados y ser valorados positivamente por otras administraciones en varios aspectos como el de la viabilidad o el impacto medioambiental.
Razones, todas las anteriores, para evidenciar que la calificación de un suelo determina, por completo, un proyecto de construcción.
Los estudios de arquitectos en Málaga tienen un amplísimo conocimiento de urbanismo debido al gran desarrollo que, desde hace décadas, experimenta la Costa del Sol. Por eso, son expertos en la tramitación de licencias y de toda la documentación que se precisa para la construcción de vivienda, de locales comerciales, pero también trabajan otro tipo de proyecto como pueden ser la obra pública o la que tiene fines comerciales y/o industriales.
Sin embargo, lo que más se demanda siempre en las empresas de construcción y a los equipos de arquitectos es que diseñen y generen edificios de vivienda colectiva lo más eficientes posibles, que cumplan con las normativas urbanísticas de los municipios donde se van a ubicar y, también, que se integren en el espacio donde se ubicarán y sean lo más eficientes posible.
El sentido común evidencia que a la hora de construir viviendas, especialmente en los lugares donde existe una gran densidad de población, primen los proyectos de vivienda colectiva porque, generalmente, se hacen en vertical, lo que ahorra en suelo y, por tanto, se pueden edificar más número de apartamentos.
Con más de 35 años de experiencia, en empresas de arquitectura como Coboros, hacen realidad proyectos desde una maqueta hasta que los inquilinos recogen la llave de su piso. Construir edificios amables para la convivencia, que cada vecino tenga su propia intimidad, pero que los espacios comunes sean agradables e inviten a la convivencia es esencial.
Por otro lado, la sostenibilidad y la eficiencia son técnicas que se aplican en cada uno de los proyectos de viviendas colectivas que se ejecutan. Piscinas, zonas ajardinadas, la integración de materiales naturales con sintéticos de gran durabilidad y la integración de la vegetación también son conceptos que se tienen muy en cuenta a la hora de proyectar viviendas comunitarias.
En definitiva, consiste no solo en construir viviendas, sino en hacerlo con conceptos ergonómicos, visuales y eficientes que las haga atractivas a los futuros moradores. Que exista privacidad, pero que también haya herramientas para fomentar el uso común de las instalaciones, así como contar con espacios como trasteros, plaza de garaje o piscinas que ofrecen servicios muy útiles al conjunto de la comunidad de vecinos. Eso solo lo logran los mejores proyectos, los mismos que ponen en marcha los mejores arquitectos.
